Hace más de 3000 años, el pistacho floreció en Mesopotamia. Acompañó la expansión de las civilizaciones, arraigándose en tierras mediterráneas, como símbolo de longevidad y riqueza, al igual que el olivo o el almendro. En Irak, se le conoce como el “árbol de oro”.
El árbol del pistacho es un aliado del medio ambiente:
Necesita poca agua: tras dos años de riego, sobrevive solo con la lluvia.
Soporta altas temperaturas y suelos salinos.
Es ideal para cultivos sostenibles en zonas áridas y semiáridas.
Elaborada 100% con pistachos cultivados en España, sin aditivos ni conservantes. Su textura cremosa y sabor puro la hacen perfecta para repostería, cocina salada o simplemente para disfrutar a cucharadas.
Síguenos